El tiempo
pasaba, comenzaba a pasar, Kyoko buscaba con deseperacion volver al lado
de Isshi, pero le era imposible, los peligros eran demasiado y ella aun
no se encontraba lista para enfrentar tantos peligros.
Uruha comenzaba
a ayudarle, juntos entrenaban a diario casi todo el día, cuando la
primavera comenzó a dejar ver sus inicios, el castillo estaba
reconstruido, y la familia real, podía regresar a su hogar, dejando
atrás el castillo de las montañas.
En el camino
los guarias custodiaban a la familia real, y aunque Kyoko iba dentro del
carruaje, obserbava el perfil de Uruha entre las cortinas y se
ruborisaba, estaba comenzando a sentir un sentimiento más que de
agradecimiento y amistad por el samurai, y el de igual forma, estaba
transformando ese gusto por esa mujer en cariño. Kyoko estaba
confundida, Isshi era el gran amor de su vida, pero se encontraba lejos,
y ella necesitaba de él, a pesar de que ella lo quisiera salvar de las
garras de Yuu, ella necesitaba fuerza, por que sola no podía, se podría
pensar que Kyoko dejaba atrás el cariño de Isshi dejandolo como un
recuerdo, pero eso ella nunca pensó llegando al castillo, Kyoko y su
familia vieron las reparaciones echas por los trabajadores, y las cosas
que habían cambiado, antes que entrar al castillo, visito los jardines, y
los pocos arboles de cerezo que quedaban comenzaban a abrir sus flores
poco a poco, uno a uno, dejando ver un ambiente de calidez.
Kyoko,
acompañada de sus doncellas comenzó a caminar hacia el lugar donde se
veía con Isshi, fuera de todos a un lado del río que rodeaba su hogar;
llego al lugar y comenzó mirando al rededor, viendo la calidez que le
daba, una brisa dejo tocar su rostro, agachando su mirada le pidió a sus
doncellas que se retiraran para estar sola por un rato, ellas
obedecieron y la dejaron sola, Kyoko camino hacía la orilla del río, se
hinco frente a él, y rosando las yemas de sus dedos sobre el agua, miro
fijamente su reflejo, y unas lagrimas comenzaron a caer, su mano
se hundió en el agua, y llevandola a su rostro, comenzó a llorar
-¿Donde estas?
¿que fue lo que sucedió porque no me dejaste quedarme a tu lado,
defender esto juntos, porque me alejaste de ti, con esa mirada de odio,
¿porque me dejaste sola?, Isshi, me siento muy sola, continúo sin ti,
pero el dolor es tan fuerte, me haces tanta falta mi amor, demasiada
falta, la soledad me consume, y el dolor no sede-
agacho su
rostro, y abrazandose a ella misma siguio sollozando, preguntandose
porque no la había dejado a su lado... de repente, sintio como alguien
todaba su cabeza, y sin dar pie a nada más, rapidamente saco su katana y
se puso en guardia, dejando sus pies mojarse por las aguas del río;
-Tranquila princesa, soy yo, Uruha-san-,-¿Que estas haciendo aquí?-,-No
la vi en el castillo, y decidí buscarla, estaba preocupado por
usted-,Kyoko bajo la katana lentamente, la guardo, y Uruha le sonrio,
ella rapidamente desvio la mirada a otro lado, dejando caer lagrimas en
sus ropas, -¿Esta bien?- dijo Uruha mientrás la miraba extrañado - Si,
no le debe de importar- Kyoko levanto su rostro, y dejo ver el recorrido
que las lagrimas hacían por sus mejillas, frunciendo el seño salio de
las aguas, pasando a un costado de Uruha, cuando de repente, Uruha la
tomo del brazo, -no te sientas sola... aquí estoy yo, contigo- Uruha
dejo caer un beso tierno sobre los labios de Kyoko, ella, cerrando sus
ojos se dejo envolver en el calor de ese beso, el la abrazo, y ella
sintió que la soledad se había ido por un momento, sus labios se
separaron y ella se acurruco en su pecho, el puso su mejilla sobre su
cabeza -Yo nunca te abandonaría princesa- y Kyoko solo dejaba caer
lagrimas, aunque ella no sabía si eran lagrimas de alegría o de dolor,
al sentir de nuevo que no estaba sola, o al sentir que traicionaba su
amor por Isshi...
El momento se
congelo así, Uruha mantenía en sus brazos a Kyoko, y ella no se soltaba
de él, lentamente se dejaron caer al piso, y sin soltarse permanecieron
así, en silencio, ella en sus brazos sintiendo su calor y su cariño, y
en el creciendo más su amor por ella... "¿todo esto debe pasar?" se
preguntaba Kyoko en su mente mientras el sol caía lentamente en el
ocaso.
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