Los días
pasaban y Kyoko volvía a recuperar la salud, gracias a la ayuda de los
cuidados de su madre y de Okuno-sama, recupero su salud. Una noche,
Kyoko permanecía atenta a la ventana, viendo como la brisa de
primavera movía lentamente las hojas de los árboles, la puerta
se abrió y apareció Okuno-sama -Okuno-sama- dijo Kyoko -Creo que pronto
podré levantarme de aquí, y podré ir a rescatar... -,-Kyoko...- dijo
Okuno-sama mientras tomaba su mano, -pequeña flor, dime algo, ¿por que
deseas ir a salvar a ese samurai?- el silencio invadió la habitación, y
Kyoko soltó la mano de su abuela -es que... yo amo a ese
samurai-,-Kyoko-chan, no por amor puedes arriesgarte a perder la vida,
arriesgarte así, es algo muy duro, además, tienes a alguien que te ama y
quiere protegerte- Kyoko volteo la cabeza, agachando la mirada,
comenzaron a rodar lagrimas por su rostro -No puedo amar a otro que no
sea Isshi, Okuno-sama, aunque quisiera borrarlo, él sigue vivo en mí, en
mi corazón, aunque besará otros labios, sigue vivo en mi, cerrar los
ojos y tratar de sentir ese calor tibio que produce su cuerpo, su mirada
llena de paz-,-Kyoko...-,-No, no abuela, no me pidas que lo olvide,
trate de mentirme a mi misma, fingiendo que su recuerdo se había ido,
sigue presente en mí, es un dolor tan inmenso no saber que le pasa, como
está, si sigue vivo, si aun piensa en mí, que pasa por su mente, en su
corazón-,-Kyoko, por favor...-,-No abuela- Kyoko se levanto lentamente y
camino hacía la ventana -Él una vez vino, aquí, su espíritu me hizo
volver a él, solamente él existe en mí, solo él- sin darse cuenta Kyoko
comenzó a desplomarse lentamente por lo débil que estaba aún, Okuno-sama
trato de levantarla, y grito por ayuda, entrando Uruha de inmediato
tomándola entre sus brazos la recostó de nuevo, Okuno-sama
salio rápidamente de la habitación para ir por medicina, Uruha
se sentó a su lado, mirándola tomo su mano y la beso, Kyoko abrió los
ojos y retiro su mano.
-¿Por que haces esto?-,-Porqué no te puedo querer- dijo Kyoko
mientras desviaba su mirada de él -Pero, te amo, estoy contigo, soy fiel
a ti, a tu presencia, a lo que eres- Kyoko volteo molesta, y lo miro
fijamente a los ojos -¿Quién te ha dicho a ti que solamente tu has
sentido eso?-,-Pero Isshi, él...-,-Él se alejo de mi porque me amaba,
para protegerme, para salvarme, no lo comprendes, arriesgo su vida por
mi-,-Yo haría lo mismo- Kyoko lleno sus ojos de ternura, tomo de nuevo
su mano, sujetándola en puño... -Uruha, te quiero, pero solo es un
cariño, no amor, Isshi...-,-No lo digas más, con esto me basta-,-Uruha,
por favor...- levantándose de la cama, Uruha se dirigió a la puerta,
pero Kyoko no quería dejar ir las cosas así, y como pudo se levanto,
pero cayó al piso de nuevo, Uruha quiso intentar no mirarla, pero
se devolvió a ayudarla, Kyoko tomo su rostro, -Por favor entiéndeme,
sería muy difícil para ambos- descansando su frente sobre la de él,
Uruha tomo su rostro y con los ojos cristalinos, la miro,
-Perdóname Uruha, pero...-,-Por favor, guarda silencio, mientras veo tu
rostro solo así, por un momento-, Kyoko lo miro, toco su cabello, y con
lagrimas en los ojos sonrío.
Okuno-sama volvio a la habitación y al ver a los dos jovenes, decidió no
entrar, y así, por un largo rato, Uruha permaneció cerca de Kyoko,
observando su rostro, hasta que Kyoko comenzó a cerrar sus ojos, Uruha
la cargo, y volvió a recostarla, Kyoko permanecia dormida, mientras el a
su lado observaba su rostro, el que lo había enamorado, pero... ese
corazón ya pertenecia a alguien más, ¿por que? se preguntaba Uruha,
conocía a Isshi, pero nunca se había imaginado que el podía haberse
robado el corazón de la princesa que el amaba -Es mejor dejar que sus
emociones sesen por un rato noble samurai- dijo Okuno-sama mientras
entraba a la habitación, haciendo que Uruha se levantara rapidamente -Su
corazón ya pertenece a otra persona, y contra eso no podemos hacer
nada, Uruha se quedo callado, y salio de la habitación, dejando que
Okuno-sama, cuidara de Kyoko, por el resto de la noche..
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